María Montez fue la primera dominicana que llegó a Hollywood para conquistar el estrellato y, como tal, tuvo el privilegio de ser reconocida como “La Reina del Technicolor”, cuando la citada técnica era una novedad en el mundo. Su tonalidad de piel armonizaba excelentemente con dicha técnica, redimensionando su belleza y bien proporcionada figura.
Mañana 7 de septiembre se conmemora el 74 aniversario de su sentida desaparición física. En el presente año se cumplió también, el pasado 6 de junio, el 113 aniversario de su nacimiento, que tuvo lugar en Barahona en 1912.
Su inesperada muerte, contando con apenas 39 años de edad, en una situación que todavía, actualmente, no se ha esclarecido en su real magnitud, encontrándose en pleno apogeo de su carrera cinematográfica, generó gran conmoción a nivel mundial.
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En 1947 la Sirena de Hollywood, como fue llamada por su escultural figura, toma la trascendental decisión de trasladarse a Europa junto a su familia, su esposo el actor francés Jean Pierre Aumont, su pequeña hija María Christina y dos de sus hermanas (Ada y Luz).
En París se iba a encontrar con Teresita, que llegó a ser por bastante tiempo, modelo de “Vogue”, otra de sus hermanas que llegaría directamente desde Santo Domingo.
En Los Ángeles entonces se encontraban dos de los hermanos: Gracia, Consuelo de Carter y Jaime Gracia, ambos lograron participar como actores en filmes en la Meca del cine.
En Francia existía una gran expectativa en torno a la llegada de la protagonista de “Alí Baba y los 40 Ladrones”, y de muchos otros filmes con los que había conquistado a los habitantes de ese país y del mundo. En efecto, desde su llegada, María Montez tiene la oportunidad de ofrecer las mejores actuaciones de su carrera por lo cual recibió elogios de la crítica cinematográfica, luego de su actuación en “El Ladrón de Venecia”; rodada en Italia en 1950, y en “Portrait d´un Assassin”, en la que actúa junto a luminarias del cine francés, catalogadas respectivamente como las mejores actuaciones de la carrera de la gran actriz.
No obstante, todavía hoy sus más populares filmes son los rodados en Technicolor en Hollywood en los años 40: “Cobra Woman” (dirigida por John Rawlings), “Ali Baba and the Fourty Thieves” (de Arthur Lubin), y entre otras “Arabian Nights” (dirigida por John Rawlings)
Su muerte a destiempo, el 7 de septiembre de 1951, en la plenitud de su vida y de su carrera, contribuyó a convertirla en uno de los mitos del Hollywood de los años 40.
A su partida física la estrella dejó un significativo legado del que forman parte sus 26 películas, 21 estadounidenses, entre las que sobresale “The Exile” dirigida por uno de los más célebres cineastas de todos los tiempos, Max Ophuls y cinco europeas.
La incansable actriz dominicana, al sorprenderle la muerte, no tuvo tiempo de culminar los proyectos con los que se había comprometido. Entre ellos los filmes italianos “Messalina” y “Sensualidad” (en esta última hubiera interpretado el papel de sirena), la película española “La Maja de Goya”, y “Last Year’s Show”, título tentativo del filme de la empresa estadounidense “Fidelity Pictures Corporations”, con el cual habría vuelto a los escenarios cinematográficos en los que diez años atrás debutó. Esto último lo dio a conocer luego del fallecimiento de María Montez, su fiel agente Louis Schurr, quien la representó desde el inicio de su carrera.
La deuda de RD con María Montez
En los más populares filmes en technicolor de María Montez en la etapa de su carrera cinematográfica en Hollywood, generalmente su coestrella fue Jon Hall, a quien por ese mérito le fue otorgada una Estrella en el Paseo de la Fama de Hollywood, mientras que María Montez aún no la tiene.
Los clubes de fanáticos (“fan clubs”) de la “Reina del Technicolor”, que han asumido la gestión, consideran imprescindible el respaldo oficial para que pueda lograrse ese justo y anhelado objetivo.
Como hemos sugerido en diversas ocasiones, el homenaje más significativo que el Estado dominicano pudiera rendirle a nuestra eximia actriz nacional es la creación de un museo en su honor, como lo ha hecho México con María Félix o Brasil con Carmen Miranda, lo cual permitiría a las nuevas generaciones el disfrute de su enaltecedor recuerdo.
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