“La Verdad”, comedia para reír, de verdad

“La Verdad”, comedia para reír, de verdad


En la Sala Máximo Avilés Blonda, del Palacio de Bellas Artes, la compañía Bougroup, presentó la obra “La Verdad”, del escritor y dramaturgo francés, Florian Zeller, bajo la dirección de Pepe Sierra.

El título de la obra, me llevó a recordar piezas de siglos atrás, como la comedia de Capa y Espada “La Verdad Sospechosa” de Juan Ruiz de Alarcón, y “Le Menteur” -El Mentiroso- de Pierre Courneille, inspirado en la Verdad de Alarcón.

La Verdad y la Mentira, son dos términos muy utilizados por escritores y dramaturgos, dos conceptos opuestos, pero como decía Sócrates, “La mentira gana partidas, pero la verdad gana el juego”.

El tema central de la obra de Zeller, de excelente dramaturgia, es la infidelidad entre dos parejas que guardan su secreto, pero como todo engaño tiene un final. La decisión de descubrir la verdad, se convierte en un laberinto, en una espiral permanente de satíricos momentos; pero la mentira se mantiene para cada uno convertirla en verdad, en su verdad.

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El humor es elemento sustancial como en toda comedia, pero sólo a través de la capacidad histriónica de los actores y actrices, será posible el fin, hacer reír, lo que definitivamente se logra a plenitud y aquí radica el mayor logro del director, la escogencia de los intérpretes.

La primera escena nos lleva a la habitación de Miguel y Alicia, en la que se muestra un ambiente erótico, Alicia con su cuerpo ligeramente al descubierto, trata de atraer a su marido, y este con astucia, y una verborrea embrujante, la elude. Pero Alicia, inteligente doctora, no se convence, hasta el punto de hacerlo confesar.

Miguel como si se tratara de un cuento, le confiesa su relación de hace seis meses con Laura, la esposa de su mejor amigo, David.

La reacción de Alicia no podía ser más asombrosa, era una doble traición. Sin embargo, Alicia no es lo que aparenta, poco a poco las máscaras se van descubriendo, dentro de la más absoluta atmósfera de comicidad…ella también posee su propia verdad.

La actuación de Frank Perozo, en su papel de Miguel es estupenda, posee un talento natural para la comedia que se decanta no solo en la gracia del buen decir, además, en su expresión corporal y su capacidad para conectar con el público. Nashla Bogaert como Alicia, muestra un ingenio creativo, deliciosamente irónico en los contrastes de su personaje dual, su energía es contagiosa.

La escena cambia, nos introduce en el apartamento de Laura y Paul, estos personajes parecerían ser la contraparte, pero solo es apariencia. Paul es un personaje oscuro, filoso, duda de todo, deprimido y sin trabajo, y Laura es todo apariencia, exige a su marido explicaciones, las que ella nunca le podría dar…o sí. Las actuaciones de Pamela Sued y David Maler, son excelentes, se complementan.

Un diálogo exquisitamente frugal, es el que mantienen Miguel y Paul, los dos grandes amigos. Miguel decide revelarle su secreto, pero que sorpresa se lleva cuando Paul le dice que conoce toda la verdad, pero más aún es su asombro cuando Paul le descubre su propio secreto, ninguno es verdaderamente una víctima. Esta escena logra momentos de gran hilaridad provocando la risa del público que por momentos, entusiasmado, aplaude.

El escenario se ensombrece por momentos, cambian las escenografías, seis en total, adecuadas a cada lugar con luces resaltantes, excelente trabajo escenográfico del siempre eficiente, Fidel López, y del iluminador, Ernesto López.

En el consultorio de la Doctora Alicia, tiene lugar una escena exquisitamente rocambolesca, que rompe un poco el curso de la trama, como proctóloga examina a un paciente en el lugar que todos sabemos, la llegada de Miguel interrumpe el examen, el paciente rápidamente se viste, y con marcado ritmo sale del consultorio, es el coronel, “Pepe”, interpretado con gracia y humor por Pepe Sierra, en su doble condición, director-actor.

La obra en su adaptación se desarrolla en nuestro país, con la mención de lugares y las alteraciones fonéticas y modismos propios de nuestro modo de hablar, dándole un toque especial a la comedia que transcurre a un ritmo sostenido debidamente pautado por el director. La unión de todos los elementos junto a la energía contagiosa de los actores, logran mantener a la audiencia entretenida, logrando la finalidad de toda comedia, hacer reír.

En la escena final, descubiertas ¿Todas? las mentiras, la figura de Laura embaraza de varios meses junto a su marido, dejan una duda…se ha dicho toda la verdad, ¿su verdad? Les invitamos a sacar sus propias conclusiones, asista y disfrute de esta maravillosa comedia.

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