Aaron Judge. MLB.com
EL NUEVO DIARIO, NEW YORK.- Aaron Judge es mejor conocido por sus cañonazos, como corresponde a un hombre que tiene en su historial tres temporadas de 50 jonrones, lo que lo convierte en uno de los cinco jugadores en la historia en alcanzar ese nivel tres veces. Sabes esto, porque lo has visto darle a la bola tan fuerte como un ser humano puede; en las últimas cinco campañas, su tasa de batazos duros del 60% es la mejor de Grandes Ligas, muy por delante de Shohei Ohtani.
“Un hombre grande le da a la pelota con fuerza y colecciona bambinazos” no es exactamente una noticia de última hora, particularmente para una superestrella con un inicio tan mágico como el que ha tenido, pero hay más en esta historia. Judge llegó al miércoles en Anaheim con un promedio de .395, y aunque es casi seguro que no va a batear .400 – una marca que es casi imposible de alcanzar en el béisbol moderno – el hecho de que esté incluso tan cerca, tan avanzada la temporada, te dice mucho sobre lo que les está sucediendo a los lanzadores contrarios cuando Judge se para en el plato.
No se trata, como veremos, enteramente de los cuadrangulares. Se trata del miedo a lo que sucede cuando no la saca del parque.
Vamos a hablar por un momento sobre el Promedio de Bateo con las Pelotas en Juego (BABIP, por sus siglas en inglés), es una herramienta que es exactamente lo que parece: Es el promedio de bateo sin ponches ni jonrones, por lo que usa sólo las bolas conectadas que se mantienen dentro en el parque, la clase de batazo que – al menos en teoría – un defensor contrario podría potencialmente convertir en un out. El promedio de las Grandes Ligas es de .290, el más bajo desde 1992. Es, incluso sin ponches, más difícil que nunca dar un hit.
El BABIP de Judge, sin embargo, es de .467. Es fácilmente el mejor en las Mayores este año, pero eso lo subestima por mucho. Es el más alto en una campaña calificada en la historia moderna de las Grandes Ligas.
El mejor BABIP en una temporada, desde 1901
.467 // Judge, 2025
.423 // Babe Ruth, 1923
.422 // George Sisler, 1922
.422 // Rogers Hornsby, 1924
.416 // Ty Cobb, 1922
.415 // Ty Cobb, 1913
Como siempre, una regla inquebrantable de cualquier tipo de análisis de béisbol es que, si Babe Ruth fue el mejor en algo y ahora tu nombre está por delante del suyo, estás haciendo algo extremadamente bien. Incluso si casi seguramente no es un ritmo que se pueda mantener todo el año, sigue siendo el tercer mejor BABIP en los primeros 54 partidos de una campaña desde 1969, detrás de Jim Edmonds en el 2000 y el cubano Yasiel Puig en el 2013.
Tampoco es buena suerte. Eso es a menudo para lo que se usa BABIP, para expresar la buena o mala fortuna de las pelotas que encuentran guantes o no. Por un lado, lo que está pasando no ha salido exactamente de la nada; Judge tiene el sexto mejor BABIP vitalicio en la era de la bola viva, en una lista donde Hornsby, Cobb y el panameño Rod Carew están por delante de él. Pero Judge no es una leyenda de contacto como Carew y aunque sabe mover las piernas, difícilmente es un corredor que constantemente convierta roletazos en hits dentro del cuadro.
Todo se reduce a lo increíblemente fuerte que le pega a la bola. Si no es suerte y no es realmente la velocidad con la que corre, es esto. Es lo que su poder obliga a hacer a los fildeadores, incluso cuando la pelota no sale del parque. Esto es lo que significa “hacer tu propia suerte”.
Considera estos tres factores…
1) Judge obliga a los jardineros a proporcionarle espacio adicional.
Cuando eres un jardinero y te enfrentas a un bateador con tanto poder, ¿qué vas a hacer? Dar unos pasos hacia atrás. Casi 300 toleteros se han parado en el plato 50 veces este año, y ninguno de ellos – ni Ohtani, ni Kyle Schwarber, nadie – obliga a los guardabosques centrales a colocarse más lejos que Judge. (Aquí sólo veremos los juegos de visitante, para tratar de evitar cualquier ventaja o desventaja de jugar en casa que pueda surgir).
Posición más lejana del CF contra los bateadores (sólo juegos de visitante)
- 331 pies // más lejos: Judge
- 322 pies // PROMEDIO de MLB
- 301 pies // más corto: Chandler Simpson (TB)
Dado que hay 127 pies desde el home hasta la segunda base en cada estadio, tal vez sea más útil pensar en ello como la “distancia más allá de la segunda base”, para considerar toda esa hierba verde y verde que está disponible para que caigan los batazos. Para Judge, son 204 pies de terreno para encontrar.
Es lo mismo en el bosque izquierdo, donde los jardineros comienzan a 309 pies de distancia contra Judge, muy por encima del promedio de 297 pies y docenas de pies más profundo que los 269 pies que ve Simpson. Y aunque no es tan extremo en el jardín derecho, todavía podemos usar un ejemplo o dos allí para mostrarte exactamente lo que queremos decir.
Como, por ejemplo, este sencillo contra Pittsburgh a principios de abril. Tal como fue, el jardinero derecho dominicano Alexander Canario tenía una pequeña pero no imposible posibilidad, una probabilidad de captura del 15% basada en el tiempo y la distancia que tenía que recorrer. Pero también estaba colocado a 309 pies del home, mucho más allá del promedio de la liga contra bateadores diestros, de 292 pies. Si Canario simplemente hubiera estado jugando a una profundidad promedio, de repente esto es una probabilidad de captura del 90%, una bola que se atrapa nueve de cada 10 veces.
Es casi la misma historia con este batazo en mayo en Sacramento. El patrullero derecho de los Atléticos (y excompañero de equipo de los Yankees), el dominicano Miguel Andújar, estaba a 310 pies. Tenía un 15% de probabilidades de captura. No llegó. Si hubiera estado a una distancia promedio de 292 pies, entonces la probabilidad de captura era del 90%. Es casi un out garantizado.
El punto, por supuesto, no es decir que estos jardineros o equipos se estén posicionando mal. Es que casi tienen que hacer esto. Casi siempre es preferible ceder un sencillo de Judge que un extrabases detrás de ti.
2) Judge les da a los infielders menos tiempo para hacer las jugadas
Lo más increíble, quizás, sea esto: Judge tiene el promedio de bateo más alto en roletazos, y por mucho.
Promedio más alto con rodados (mínimo 50 rodados)
- .407 // Judge
- .397 // Hunter Goodman
- .396 // Jonathan Aranda
- .389 // Ángel Martínez
- .387 // Bobby Witt, Jr.
- .379 // Xavier Edwards
No es, como ya dijimos, que esté venciendo los tiros de los infielders corriendo como si fuera un velocista élite. Es que está dando rodados más fuertes que casi nadie, proporcionando a los jugadores del cuadro menos tiempo para reaccionar. Mira cuando pegó este misil a 116 millas por hora a un lado del dominicano Willy Adames.
“Le pegó tan fuerte”, dijeron en la transmisión de los Yankees, “que [Adames] ni siquiera pudo moverse hacia el lado del guante para acercarse a la bola”.
O esta conexión a 110 mph que superó al puertorriqueño Javier Báez…
… o 110 mph a un lado del también boricua Francisco Lindor.
Éstos son defensores de primer nivel, pero incluso ellos necesitan algo de tiempo para hacer una jugada. Cuanto más fuertes esos batazos, menos tiempo tienen. Cuando observas las métricas defensivas del infield de Statcast, puedes ver que la tasa de éxito en las pelotas conectadas por Judge es más baja que la de cualquier otro toletero en las Mayores.
Lo que nos lleva a nuestro punto final…
3) Judge está obligando a que los rivales le defiendan mal
Los defensores, acumulativamente, han registrado un -7 en Outs Sobre el Promedio cuando Judge está en el plato. Es la peor defensa contra cualquier bateador en todo el béisbol.
Peor desempeño a la defensiva contra bateadores, 2025
- -7 OAA // vs. Judge
- -6 OAA // vs. Anthony Volpe
- -6 OAA // vs. Ryan Mountcastle
- -5 OAA // [varios empatados]
Esto tampoco es algo repentino. Remontándonos al 2018, un solo bateador ha visto una peor defensa de sus batazos: el ahora compañero de equipo de Judge, Paul Goldschmidt.
Ahora, algo de eso puede tener que ver con la velocidad de carrera o tal vez simplemente con la pura aleatoriedad; realmente no hay ninguna razón convincente por la que Ryan Mountcastle sería bendecido al ver a las defensas rivales jugar mal. Ni siquiera hay una razón en particular por la que Bo Bichette de Toronto cometió este error contra el propio Judge.
Pero tampoco es muy probable que sea una coincidencia que Judge esté en la cima (¿o en el fondo?) de esta lista, dado todo lo que acabamos de mostrar. Estos ejemplos no son sólo bolas que Judge impactó con fuerza, sino que son aquellas en las que los fildeadores tuvieron la oportunidad de hacer la jugada y simplemente no pudieron.
Como este cohete a 107 mph pasando al lado de un Báez lanzándose, una jugada diferente a la anterior.
O cuando el cubano Randy Arozarena, nuevamente jugando bien lejos, no pudo manejar esta bola.
Judge, nuevamente, casi seguro que no bateará .400, porque es casi imposible hacerlo; hay una razón por la que nadie lo ha hecho desde Ted Williams en 1941. (Aunque si esto es lo que está haciendo mientras “no se siente muy bien en el plato”, como dijo el fin de semana pasado, entonces imagina lo que hará cuando lo haga).
Pero aportar todo este valor incluso sin volar la cerca tampoco se trata de suerte. Se trata de darle a la bola con toda la fuerza posible, tan a menudo como puedas. Eso conlleva muchos beneficios inesperados diferentes.
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