EL NUEVO DIARIO, SANTO DOMINGO.- El lanzador Jean Carlos Henríquez, conocido como “El Endiablao”, alcanzó a los 32 años uno de los mayores logros de su carrera: firmar con las Águilas Cibaeñas en la Liga de Béisbol Profesional de la República Dominicana (Lidom). Además, el veterano jugador también pactó con los Orioles de Baltimore, organización de Grandes Ligas que lo espera para los entrenamientos de primavera del 2026.
Henríquez, nativo de San Francisco de Macorís, había firmado en su juventud con los Rays de Tampa Bay, donde jugó por dos temporadas antes de ser dejado libre. Luego de esa etapa, se mantuvo ligado al béisbol jugando en ligas independientes y campesinas, aunque su camino tomó un rumbo inesperado. “Después que me dejaron libre, me puse a trabajar. Incluso llegué a trabajar en un banco”, relató el jugador, quien laboró en el Banco Unión de San Pedro de Macorís durante varios años.
En 2019 viajó a Canadá para continuar su carrera, pero la pandemia detuvo sus aspiraciones. “Se metió la pandemia y no se pudo hacer nada”, explicó. Sin embargo, su pasión por el béisbol lo mantuvo activo en las ligas de verano y rurales, donde llamó la atención de la gerencia de las Águilas Cibaeñas. “Yo estaba confiado en que me iban a coger, porque ellos mismos eran los gerentes de las Águilas y me vieron jugar en la Liga de Verano del Cibao”, señaló.
El pelotero destacó la figura de Gian Guzmán (gerente de las Águilas), a quien agradeció por recomendarlo. “Pechito (Gian), fue quien me motivó para que las Águilas me tomaran en cuenta”, dijo.
Apodado “El Endiablao” desde joven, Henríquez explicó que el sobrenombre surgió por su carácter en el terreno. “Me lo pusieron porque peleaba mucho en la calle y también en el play. Pero ya es parte de mí, por ese nombre es que me conocen”, expresó.
Actualmente, Henríquez posee un arsenal de cinco lanzamientos —entre ellos recta, curva, slider y splitter— y ha alcanzado velocidades de hasta 100 millas por hora.
“Ahora que pertenezco a los Orioles tengo que ir al gimnasio y correr. Antes no lo hacía, pero ahora quiero ver si tiro 105 millas”, dijo entre risas.
El lanzador afirmó que nunca perdió la fe en llegar a la liga dominicana. “Siempre creí que podía lograrlo. Si tú tienes fe, mueves montañas”, aseguró. El momento de su selección por las Águilas lo vivió con gran emoción: “Hasta lloré. Fue mi hermano quien me llamó y me dijo: ‘te draftearon’. Desde el primer día me sentí parte del equipo”.
Henríquez cerró con un mensaje a los jóvenes peloteros: “Que no se dejen vencer por nadie. Si tienen buen brazo, que lo usen. Jueguen mucha liga y sigan intentando, porque cuando se quiere, se puede”.
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