El dominicano José Uribe fue sentenciado este jueves a seis meses de arresto domiciliario y tres años de libertad supervisada, luego de declararse culpable de sobornar al exsenador de Nueva Jersey, Robert “Bob” Menéndez, quien presidía el Comité de Relaciones Exteriores del Senado de los Estados Unidos.
Uribe, de 58 años, evitó una condena de más de 95 años de prisión tras alcanzar un acuerdo con la Fiscalía Federal del Distrito Sur de Nueva York, convirtiéndose en el testigo principal del caso. Su testimonio fue decisivo para lograr la condena de Menéndez y de su esposa, Nadine Menéndez, en un proceso que el juez calificó como “corrupción de primer orden”.
Durante el juicio, Uribe colaboró estrechamente con los fiscales, reuniéndose en 36 ocasiones con el gobierno a lo largo de dos años. Su cooperación fue descrita como “excepcional en todos los aspectos”, y sus declaraciones aportaron “pruebas devastadoras” contra el exsenador, según los representantes del Ministerio Público.
El juez federal reconoció el “extraordinario papel” desempeñado por Uribe en el esclarecimiento del caso, y valoró los riesgos asumidos por el imputado, incluyendo un incidente en el que su esposa fue amenazada por dos hombres. “El riesgo no era solo teórico. Era muy real”, expresó ante el tribunal su abogado, Daniel J. Fetterman.
Uribe fue el único de los acusados que no recibió condena carcelaria, en un caso que ha sacudido los cimientos del poder político en Washington. La sentencia marca un hito en el combate a la corrupción institucional en los Estados Unidos.
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