EL NUEVO DIARIO, SANTO DOMINGO. Tener una efectividad de 2.90 en 115 entradas, 115 ponches y un WHIP sólido de 1.15 no fue suficiente para Framber Valdez. Tampoco bastaron los 21 jonrones, 51 remolcadas y un impresionante OBP de .401 que firmó Juan Soto. Ni siquiera el explosivo año de Junior Caminero, líder entre los antesalistas en cuadrangulares de la Liga Americana, le aseguró un puesto.
Pese a sus méritos y números de élite, Valdez, Soto y Caminero se quedaron fuera del Juego de Estrellas 2025. ¿Por qué?
Rendimiento individual brillante, pero factores en contra
Juan Soto: una bestia al bate, pero castigado por otros detalles
El dominicano firmó en diciembre un contrato histórico de 765 millones de dólares y, aunque empezó la temporada algo frío, desde mayo está encendido, fue Jugador del Mes en junio, se ubica segundo en la Nacional en OBP (.401), suma 21 jonrones y figura séptimo en OPS (.915).
Pero tres puntos jugaron en su contra:
- En el Player Ballot (votación de jugadores y técnicos para suplentes y lanzadores), otros fueron más favorecidos.
- Su rendimiento en momentos clave no ha sido el mejor, batea menos con corredores en posición de anotar y ha fallado en situaciones de alto apalancamiento.
- Su defensa ha sido muy floja: -10 de Fielding Run Value (FRV), la peor entre los jardineros de la MLB.
Aunque sus números brutos lucen impresionantes, las estadísticas avanzadas muestran que, cuando más hacía falta, su impacto ha sido inferior al de otros elegidos.
Framber Valdez: consistencia de élite que no bastó
El zurdo de los Astros firmó hasta ahora una efectividad de 2.90, con 115 ponches en igual número de entradas y WHIP de 1.15. Desde el 2 de mayo no pierde, tiene récord de 9-0 en sus últimas 11 aperturas, efectividad de 2.07 y 78 ponches en ese tramo. Su WAR de 3.4 deja claro que es el mejor lanzador de Houston.
Pero en la Liga Americana hay una lista de abridores con números extraordinarios. Su efectividad, aunque brillante, lo ubica apenas 11º entre los abridores de su liga, y ocho de los diez primeros ya estaban elegidos. Como los lanzadores no dependen del voto popular, sino de la Player Ballot y la Oficina del Comisionado, muchas veces cuentan factores como la popularidad reciente, trayectoria mediática o la percepción de compañeros.
Junior Caminero: potencia joven, pero víctima del contexto
Con 21 jonrones, 57 empujadas y un OPS de .809, Caminero lidera a todos los tercera base de la Liga Americana en cuadrangulares. Pero no le alcanzó.
¿Razones? Perdió la votación frente a figuras consolidadas como José Ramírez y Alex Bregman, favoritos del público y del Player Ballot. Además, aunque su compañero Brandon Lowe fue elegido (19 HR, OPS .813), lo hizo como segunda base reserva, una posición con menos competencia que la antesala. El OPS de Caminero es bueno, pero no tan dominante como para desplazar a veteranos de renombre.
El sistema de elección: mucho más que estadísticas
Para entender bien qué pasó, hay que conocer cómo se arma el roster del All-Star.
- Titulares: elegidos por los fanáticos en dos fases. Primero, votan a sus favoritos; luego, entre dos finalistas por posición. Quien gana, es titular.
- Suplentes y lanzadores (23 jugadores por cada liga): elegidos en parte por la Player Ballot (votación de jugadores y técnicos) y en parte por la Oficina del Comisionado.
- Desde 2017, los managers ya no participan en las selecciones.
Así se reparten las plazas:
El Player Ballot elige 17 jugadores por liga: ocho lanzadores (cinco abridores y tres relevistas) y un suplente por cada posición.
La Oficina del Comisionado completa con seis jugadores adicionales por liga (cuatro lanzadores y dos de posición), para asegurar que todos los equipos tengan al menos un representante.
Si un titular elegido por los fanáticos no puede jugar, su reemplazo titular es el jugador que obtuvo más votos en el Player Ballot en esa posición. Y si hay lesiones o bajas, se elige otro suplente según el orden de votación; si no, MLB decide.
Además, el Comisionado puede hacer Selecciones Especiales (como ocurrió en 2022 con Pujols y Cabrera) y como este año 2025 con Clayton Kershaw quien fue “Selección de Leyenda” en reconocimiento a su ilustre carrera. Sin afectar la regla de que cada equipo debe tener mínimo un All-Star.
Conclusión: números, pero también narrativa
El caso de Soto, Valdez y Caminero muestra que el All-Star Game no premia solo estadísticas, pesan el arranque de la temporada, el impacto defensivo, la percepción de los compañeros, los hits o ponches en momentos clave y hasta el “peso” del nombre en el vestuario.
Aun así, no todo está perdido, podrían ser llamados como reemplazos en los próximos días. Porque si algo está claro, es que sus números justifican de sobra estar allí… solo que el sistema, el contexto y la feroz competencia los dejaron fuera. Al menos, por ahora.
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